19:12
-Y
bueno, eso es todo. –Termino de decirle Brenda a Chaz.
-Entonces,
¿faltaste porque fuiste a la enfermería porque te dolía la espalda?
-Sí,
exacto. –Río, se había creído la mentira- Pero…esa pregunta fue muy larga,
Chaz.
-Bueno,
sí. –Sonrío.
Estuvieron
hablando por un rato más. La verdad qué Brenda tenía qué irse pronto. Se
despidieron y ella camino rápidamente hacía su cuarto. Entro, soltó sus libros
sobre la cama y suspiro. Se sentía extraña. Más bien, sentía extraño el trato
con Justin. Además él parecía muy bipolar.
«¿Cómo
dormiré con Justin sin qué nos pille nadie? Es qué…¡Dios! ¡No pueden pillar si
dormimos en su habitación!»
Primer
problema con el trato.
+++
Justin
no paraba de darle vueltas a la cabeza. Tercer día de curso y había conseguido
qué la nueva durmiese con él. Bueno, más bien era para ganar la maldita
apuesta. La va a ganar, la tenía qué ganar. Un toqueteo en la puerta de su
cuarto lo saco de sus pensamientos.
-Está
abierto. –Dijo desde la cama.
La
puerta color caoba se abrió y paso ella. Justin la miro sorprendido. ¿Qué hacía
ella aquí? Parecía irreal. Se odiaban. Y, de la nada, ella llega a su cuarto.
-¿Tú
por aquí? –Se levanto y se sitúo enfrente de ella.
-Venía
a aclarar algo.
-Bien,
dime.
-¿Dónde
dormiremos?
-¿Ansiosa?
–Levanto una ceja divertido. Ella lo fulmino con la mirada- Supongo qué aquí.
-Te
recuerdo qué, aquí, también duerme mi novio.
-¿Chaz?
-Sí,
el mismo.
-Tranquila,
él hoy va a visitar a sus padres. Están en la ciudad. ¿No te dijo nada tu
noviecito?
-No,
no me dijo. –Miro a otro lado.
-¿Quieres
quedarte ya o vienes más tarde?
-¿Y
Ryan? –Volvió a mirarle y no le respondió.
-Estará
follando con alguna, de lo más seguro.
-Otra
cosa, ¿prefieres qué durmamos juntos, antes de estarte tirando a alguna puta?
-Sí.
–Dijo seductor acercándose a ella. Relamió sus labios- Aunque más quiero aun
tener sexo duro contigo.
Seguidamente
acarició la cadera de Brenda. Sus bellos se erizaron. Cerró los ojos con fuerza
y mordió su labio inferior.
-Quieto…
-Susurro. Dio unos pasos alejándose de él– Dijiste solo dormir. –Abrió de golpe
los ojos.
-Y
locuras, nena.
-No
me llames nena.
-¿Por
qué?
-No
soy tu nena. Es más, no somos amigos.
-¿Y
por qué aceptaste la apuesta, nena? –Él pregunto con una sonrisa burlona al
decir de nuevo “nena”.
-Para
qué me dejes tranquila.
-¿Sabes
qué el trato es peor?
-¿Quieres
qué lo cancele?
-Una
vez hecho un trato con Justin Bieber –Sonrío de lado- es difícil deshacerse de
él.
Ella
gruño.
-Voy
a por mí pijama.
-Buena
chica. –Le sonrío burlón.
Brenda
salió murmurando todo tipo de insultos para Justin. Llego a su cuarto. Estaba
cogiendo el pijama cuando escucho el ruido de la puerta.
-¡Hola,
Bren! –Saludo alegre Abby.
-Hola,
pequeña.
-¿Qué
haces? –Se acerco a ella.
-Coger
el pijama.
-¿Para
qué?
-Para
cambiarme. –Respondió. Mientras se acercaba a la típica mochila qué llevaba a
clases. Metió el pijama, el uniforme para mañana y los libros necesarios.
-¿Te
mudas o qué? –Pregunto de nuevo- Un momento… -Se sorprendió- No te irás a
quedar en la habitación de ningún chico, ¿verdad?
-Te
cuento mañana, loca. –Beso su mejilla- Me voy.
-Eh,
eh, eh, señorita. Cuénteme ahora mismo.
-Mañana.
–Le sonrío burlona.
Salió
de su habitación. Abby no paraba de gritarle. Pero la pequeña Anne solo reía.
Al momento vio a Chaz por el pasillo de la residencia de chicos. «Mierda»
-¡Hey,
Brenda! –La llamo.
-Hola.
–Sonrío.
-Se
me olvido decirte qué… -Comenzó a decir, pero ella lo interrumpió.
-Sí,
vas con tus padres.
-Wow,
¿cómo sabes?
-Me
contaron.
-Vale,
entonces, era solo eso. –Sonrío- Ten cuidado, por favor.
-Sí,
¿cuándo vuelves?
-Justo
el viernes.
-Vale,
te quiero.
-Y
yo.
Chaz
se fue por su lado y Brenda por el de ella. Llego al cuarto de Justin. Antes de
abrir la puerta, escucho gritos.
-¡Aléjate
de esa perra!
-¡Jaz!
¡No somos nada y estoy con quién quiera!
-¿Perdona?
Por si no sabías, Ryan ya se la ha tirado.
-¿Qué?
-¡Lo
qué oyes, Bieber!
Seguidamente
la puerta se abrió y salió Jazmin. Echa una furia. Brenda qué estaba escondida,
salió de su escondite y se acerco a la puerta. Justin estaba pasando sus manos
por su pelo.
-¿Se…se
puede? –Pregunto dubitativa ella.
-Sí,
pasa. –Hizo un gesto con la mano.
Brenda
dejo su mochila en el suelo y miro a Justin.
-¿Discutías
con Jazmin?
-No
te incumbe.
-Oh,
perdoné su majestad. –Dijo con ironía.
Justin
se acerco a ella y la señalo.
-No
te pases. –Dijo furioso.
-¿Qué
me harás?
-¡Cállate,
perra! –Dijo empotrándola contra la pared.
Los
ojos de ella reflejaban el temor puro. Este chico era bipolar. Demasiado. Era
extraño, es raro, es Justin Bieber. Brenda tembló levemente. Miro los ojos de
su oponente. Su color miel era más oscuro.
-Lo…lo
siento. –Trago saliva.
-Jamás
vuelvas a hacer eso, nunca me encares. Ya te he aguantado lo suficiente estos
tres días. –La soltó.
Él
respiro hondo. Aun no sabe controlar su furia. Le cuesta. La miro, suspiro.
-¿Trajiste
tus cosas?
-Sí.
–Miro al suelo.
-Bien,
si quieres cambiarte y ponerte ya el pijama, ahí está el baño. A menos qué te
quieras cambiar delante de mí. –Ella elevo una ceja. ¿Cómo podía ser así?
Tan…bipolar.
Ella
cogió su pijama y entro al baño. Se quito la ropa que llevaba. Después se
coloco el pijama. Era simple, unos pantalones cortos –no mucho- y una camisa de
manga larga. Y, sí, para tapar sus cortes. Recogió la ropa y salió. La guardo
en la maleta. La atenta de mirada de Justin sobre ella, la intimidaba. Pero
ahora tenía miedo de abrir la boca y qué, bueno, él le hiciese algo. Lo miro,
poso todo su peso sobre un lado y coloco su mano en la cadera.
-Te
ves sexy, nena. –Le sonrío pícaro.
-Lo
qué sea. –Puso los ojos en blanco- ¿Tenemos qué dormir en la misma cama?
-Obvio,
dije dormir conmigo.
-Socorro.
–Susurro.
-¿Decías?
-Qué
so…no nada, déjalo. –Dijo nerviosa- ¿No te pones el pijama? –Él andaba sin
camisa.
-Nena,
yo duermo así.
«¿Qué,
qué? ¡No puede dormir con un simple pantalón!»
-Te
constiparas, ponte camisa. –Dijo mirando su bien formado abdomen.
-¿Ahora
eres mi madre?
-No,
pero… -Él la interrumpió.
-Nada,
ven y calla.
Ella
se estaba acercando cuando escucho una canción. La canción qué avisaba de qué
la llamaban. Se dio la vuelta y tomo su móvil. Presiono el botón y lo coloco en
su oreja.
-¿Sí? –Contesto.
-Hija. –Dijeron alegremente
al otro lado.
-¡Mamá!
-Sí. –Se escucho una risa
leve- ¿Qué tal, cariño?
-Bueno… -Ella miro a Justin,
hizo una mueca y al suelo- Mal, me quiero marchar, mamá.
-Hija, ¿tan pronto te
quieres ir?
-Sí, esto es un asco.
-Pero, ¿qué pasa?
-La gente me trata mal…
-¿Qué? Cariño, habla con un
profesor o algo.
-No, tranquila, si estoy
protegida. Un amigo me cuida.
-Oh, ¿tienes un amigo?
-Sí, mamá, no sigo siendo
tan antisocial.
-¡Con
amigo dice novio! –Grito Justin.
Ella
lo miro mal, él lo había hecho adrede.
-¿Quién es ese chico? ¿Qué
novio?
-Mamá…
-No, dime, hija.
-Es un conocido.
-¿Tu novio?
-¡No! Jamás saldría con
esa…cosa.
-¡Hija, respeta!
-Perdón.
-¿Y bien?
-Ahora está alguien delante,
te cuento en otro momento.
-Más te vale, eh. Bueno,
adiós entonces.
-Sí, te quiero mamá.
-Y yo, hija, y yo.
Colgó
y guardo el móvil. Después miro a Justin. Una mirada asesina.
-Eres
un maldito capullo. –Le escupió mientras se sentaba en la cama donde se
encontraba Justin.
-¿No
aprendiste de lo de antes? No te pases.
-¡Pero
tú te pasas! ¿Fue necesario decir eso? –Elevo sus hombros- ¡No! No me hagas un
maldito gesto, habla, contesta.
-Cállate
ya, perra.
-¿Quieres
dejar de insultarme?
-No,
no quiero. Y más vale qué te cayes ya porque sería capaz de violarte ahora
mismo.
-¿Qué?
-¿Eres
sorda?
-No,
no. –Miro a sus pies- Lo siento.
-Muy
bien, ahora, acuéstate.
Justin
la trataba como una mierda, como a una perra. Ella se tumbo a su lado y se
tapo. Los dos se quedaron mirando al techo. Este momento era algo incómodo.
-Justin…
-Wow,
me acabas de llamar por mi nombre.
-¿Qué
dices? Yo ya te he llamado antes por tu nombre.
-No,
nena, qué va.
-Lo
qué sea. –Miro a sus manos. Jugaba con sus dedos- No puedo dormir.
-¿Es
qué te tengo qué cantar una nana? ¿O leerte un cuento? –Pregunto irónico.
-Eso
sería muy divertido, ¿sabes? –Dijo ella, respondiéndole.
-Ya
te he dicho qué no te pases conmigo.
-¿Me
matarás o qué?
-No
repitas nunca más esa pregunta. –Ella giro su cabeza a mirarlo- Nunca más.
–Recalco.
-Bien.
–Aceptó- Otra cosa, lo siento.
-¿Por
qué? ¿Por la pregunta?
-No,
es por… -Tomo aire- Yo fui quien toco a la puerta cuando estabas, ya sabes, con
Claire.
-¿Qué
hiciste qué? –Pregunto furioso.
-Por
favor, no me pegues. –Dijo ella. Con la voz fina, rota. Él miro sus ojos.
Llenos de terror, y, bueno, estaban húmedos.
Ella
se tapo la cara con sus diminutas manos y negó con la cabeza. Otro “lo siento”
lleno de miedo salió de sus labios. Justin se rompió por completo. Qué una
chica le pidiese qué no le pegara era demasiado. Eso demostraba qué él la había
maltratado. Cuando la empotro a lo bestia contra la pared, o en clase cuando
ella se daño la espalda cuando se dio con la mesa. Él la trataba fatal. Y tal
vez, ella no merecía eso. Además lo qué le contó a su madre. “Mal, me quiero marchar, mamá” Ella lo estaba pasando mal aquí. Solo llevaba
tres días y ya decía qué esto era un asco.
-Brenda…No
te voy a pegar. –Le saco las manos de la cara- Sabes, eres extraña. A veces me
enfrentas y otras me temes.
-Bueno,
ahora me das más miedo.
-¿Te
asuste?
-Tu
manera de ser me asusto.
-Oh…
-Igual,
déjalo.
Él
se quedo en silencio. Ella también. Un silencio incómodo. Hasta qué Justin
pregunto.
-¿Tuviste
sexo con Ryan?
-¿Qué?
-Lo
qué oíste. –Dijo obvio.
-No,
qué va, ¿con ese? Jamás.
-Pues
eso se rumorea.
-Estoy
con Chaz.
-Dejemos
el tema.
-Mejor.
Más
silencio.
-Buenas
noches. –Dijo ella girándose hacía el lado opuesto a Justin.
-Lo
mismo.
Al
rato ella queda dormida, mientras Justin mira como duerme. ¿Cómo duerme tan plácidamente?
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