Mañana siguiente; miércoles
19 septiembre dos mil doce.
Justin
abrió los ojos lentamente. Hoy se levantaba porque quería, no por obligación.
Increíble. Se dio cuenta de que la de ojos esmeraldas estaba abrazada a él. Se la quedo mirando por unos minutos. Se veía
muy sexy durmiendo. Y, sí, lo pensaba en serio. Ella abrió los ojos de repente,
encontrando la mirada de Justin clavada en ella. Después inspecciono la
posición en la que estaban. Aparto rápidamente su brazo y se levanto. Ella
cogió su ropa y se metió al baño. Mientras, Justin, estaba aun acostado.
Intentando asimilar como había amanecido.
Brenda,
qué se encuentra en el baño, se abrocha la blusa y se coloca la falda. Después
los calcetines, zapatos y se peina. Se recoge el pelo en una coleta alta, un
tanto descolocada. Se mira al espejo y suspira. Sale del baño.
-Buenos
días, nena.
-Qué
no me llames así.
-¿Prefieres
qué te llame perra?
-No.
No quiero qué me llames nada. No somos amigos. ¿Entiendes?
-Vale,
vale, señorita ‘se hace lo qué yo diga’ –Hizo comillas.
Brenda
le rodo los ojos.
-¿Vamos
juntos al comedor?
-¿Estás
loco? –Pregunto incrédula Brenda.
-No,
digo en serio.
-¡Eso
sería una locura! –Ella se queda callada un momento- Mierda.
-¿Te
distes cuenta, cierto? El trato trae locuras. –Sonrío.
-¡Te
odio!
-Da
igual, nena, nos vamos.
-Sí
te vistes. –Dijo ella mirando a otro lado.
-Mhm.
–Dijo apartando los pantalones de su cuerpo. Brenda abrió muchos los ojos,
después se los tapo y se dio vuelta- ¿Por qué te das la vuelta? ¿Nunca viste
desnudarse a un chico?
-¡Vístete
y calla! –Le pidió ella.
Justin
se coloco el uniforme lentamente. Adrede. Cuando termino se acerco en silencio
a tu nombre. Le susurro un simple “Nena”. Ella reacciono quitándose las manos
de los ojos. Un escalofrío la recorrió. Cogió su mochila y abrió la puerta.
Empezó a caminar por el pasillo, Justin iba a su lado y las miradas de todos lo
qué pasaban por allí, los acompañaban. Murmullo, tras murmullo.
-Te
odio… -Dijo entre dientes.
-¿Qué?
–Paro él, haciendo qué ella parase también.
-Te
odio. –Repitió colocándose enfrente de él.
-¿Crees
qué eso me importa? –Cuestiono acercando su cara a la de Brenda.
-Obvio
qué no, pero te lo recuerdo. –Dijo la de ojos esmeraldas.
-Mhm,
no creí qué me olvidaría, pero gracias. –Le sonrío burlón.
-Eres
un idiota.
-Y
tú eres demasiado sexy cuando estas enfadada.
-¿Quién
dijo qué estoy enfadada?
-Yo.
–Se acerco más.
-No,
Bieber, aparta.
-¿Ya
me volviste a decir así? Me gustaba más Justin.
-Qué
pena. –Se elevo de hombros y rodo los ojos.
Brenda
miro sus brazos, ahora sin tapar. «Mierda» Piensa. Se había olvidado de la
chaqueta. En seguida tapa sus brazos.
-¿Podemos
pasar por mi cuarto? –Pregunta ella.
-Sí,
supongo.
Caminan,
más bien, ella, corre. Va a abrir la puerta cuando Justin la agarra del brazo.
Ella muerde su labio, cierra los ojos con fuerza y se suelta. “Joder…” Susurra.
-¿Qué
dices?
-No,
nada.
Entra
en la habitación, coge su chaqueta, se la pone rápidamente y sale. Justin la
mira.
-Te
veías mejor sin ella. –Opina.
-Pues
genial.
Siguieron
caminando. En silencio. El tono del móvil de Justin hizo qué los dos parasen.
Él saco el móvil y contesto.
-¿Sí? –Pregunto.
-Tenemos problemas, man.
-Oh, eres tú David. ¿De qué
tipo?
-Max mando una carta al
almacén.
-¿Qué tipo de carta?
-Justin. –Hubo un silencio-
Él te está buscando. Va a matarte.
-¿Qué?
-Man, creo qué es por lo qué
le hiciste a Knigth.
-Joder. –Apretó el teléfono
y formo un puño con su otra mano- Yo solo hice lo qué debía hacer. Ese hijo de
puta se paso al tocar a Carly.
-Lo sé Justin, todos lo
sabemos. Pero entiende qué Carls ahora se encuentra bien, está a salvo.
-¿Y qué? –Pregunto
frustrado- ¿Creíste qué iba a esperar a qué ese cabrón la volviese a tocar?
¡No, David!
-¡Nadie iba a dejar qué
pasase eso Justin! Ella está metida en esta mierda y sabe sus consecuencias.
-Ese cabrón también lo
estaba y sabía qué si se metía con alguien qué tuviese qué ver conmigo, se
quedaba sin huevos.
-¿Estas solo?
-No.
-Pues mejor qué te calmes,
no vaya a ser qué le pegues a quien está contigo.
-Es una chica, bro.
-¿Y qué? No tienes piedad.
–Justin río sin humor. Las palabras de anoche qué Brenda le había dicho le
habían vuelto a la cabeza. “Por favor, no me pegues”
-Después intento pasarme por
ahí.
-Está bien, adiós.
-Adiós, man. –Corto la
línea.
Brenda
lo miraba atento. Su cara estaba roja, por la ira. Pero ella no entendía por
qué. Solo sabía qué estaba muerta de miedo. ¿Y sí Justin le pegaba? Él se
acerco a ella. Brenda miro al suelo y empezó a caminar. Sus pasos eran
coordinados. Antes de entrar al comedor, Justin se paro.
-¿No
entras? –Pregunto Brenda mirándolo con el ceño fruncido.
-No,
entra sin mí.
-Te
vas a escapar, ¿cierto?
-Ya
te dije qué no te incumbe lo qué yo haga, perra.
-Volvemos
a las mismas. –Susurro para ella. Intentado qué él no la escuchase.
-¿Qué
dijiste? –Pregunto furioso acercándose a ella.
-Yo
dije qué volvimos a las mismas. –Dio pasos hacia atrás según Justin se le
acercaba.
-¿Las
mismas? ¿No te gusta como soy? –Brenda choco contra una pared. Arqueo la
espalda. Aun le dolía de la vez qué se dio fuertemente con la mesa.
-Déjame.
–Le pidió cuando él coloco sus manos apoyadas en la pared, acorralándola.
-Contesta
mis preguntas.
-Solo
digo qué cambias mucho. En un momento te enfadas, en otro estas hecho un
pervertido, al siguiente eres majo. ¡No te entiendo!
-¡Tú
también eres confusa!
-¿Yo?
-Sí,
tú. Qué me temes a veces y otras me encaras.
-Será
qué te estoy perdiendo el miedo.
-¿Tú
crees? –Se acerco más a ella, casi pegando sus cuerpos. Ella mordió su labio.
-Sí,
yo creo.
-Estas
hecha toda una chica valiente.
-Oh,
genial. –Dijo con sarcasmo- Ahora, si me permites, quiero desayunar. –Se agacho
con la intención de salir de entre los brazos de Justin.
Él
la agarro del brazo. Ella gruño dolorida, por la fuerte presión qué él estaba
ejerciendo en su agarre. Ella se viro hacia él.
-Suéltame.
-¿Por
qué? ¿Ahora me temes?
-¡No,
ya no!
Con
su otra mano libre le propino un puñetazo en la barriga. Él, enseguida, la
soltó. La miro con odio, furia, ira.
-¿Qué
hiciste? –Ella lo miro a los ojos. El color dorado de sus ojos oscureció- Te
pregunte algo, perra.
-Yo
no quería pegarte… -Dijo mirando al suelo.
-Cuando
te hablo mírame a los ojos. –Ella negó con la cabeza. Justin sonrío
irónicamente- ¡He dicho qué me mires! –Levanto por la barbilla la cara de
Brenda bruscamente. Los ojos de ella comenzaron a llenarse de terror. Además de
estar cristalizados.
El
corazón de Justin dio un vuelco de ciento ochenta grados. Su irá se calmo. Por
primera vez. Parecía qué ella lo controlaba. Pero no, esto no puede ser.
-Debo
irme. –Dijo él dándose la vuelta.
-Está
bien. –Ella trago saliva.
Justin
corrió hacía la entrada del centro. Con suerte, ahora, los profesores y
vigilantes estarían desayunando. Él solo abrió la puerta y salió. Camino hasta su
coche, el cual estaba aparcado por fuera del internado. Se subió a él. Puso la
llave en el contacto e hizo rugir el motor. Condujo rápidamente. Necesitaba
llegar. Unos disparos chocaron contra su coche. “Mierda” Susurro. Apretó más
aun el acelerador. Saco su pistola como pudo, después su brazo fue sacado al
exterior por la ventana y disparo múltiples veces.
Brenda
termino de desayunar junto a Abby. Se levantaron las dos y caminaron a la clase
qué le tocaba a primera.
-¿Te
puedo hacer una pregunta?
-Sí,
dime.
-¿Eres
amiga de Justin?
-Yo
no, ¿por qué?
-Se
rumorea qué anoche follasteis.
-¡Qué
directa! –Exagero- No, tía, qué asco.
-Espero
qué no me estés mintiendo.
-¿Por
qué? ¿Qué tiene de malo si, en un caso, Justin y yo fuésemos amigos?
-Brenda,
ten cuidado con él. Parece simpático, parece un simple payaso. Pero es una
tapadera, él en realidad, según he oído, es un criminal.
-¿Qué?
–Carcajeo- ¿Qué tomaste?
-Es
enserio Brenda. Él está en una banda.
-¿Con
Ryan y Chaz?
-Eso
ya no lo sé, pero si el nombre.
-Dime,
qué pensó tu imaginación. –Dijo bromeando. Abby la miro mal.
-Dangerous.
-Pues
vale. –Le contesto vagamente.
Entraron
a clase y cada uno se sentó en el lugar qué le correspondía. El profesor llego
después de quince minutos. Es decir, qué llego tarde. Se sentó y paso lista.
-¿Justin
Drew Bieber? –Pregunto. Nadie contesto. Era increíble. Sí Justin estuviese le
hubiese dicho qué lo llamara solo Justin Bieber- Ya se volvió a fugar. –Afirmo
el profesor. Después miro a un chico- Dennis, sube a arriba y dile al director
qué Justin Bieber desapareció.
-Vale,
profesor.
Dennis
se levanto y se perdió en la puerta. Brenda sintió unos ojos clavados en ella,
se dio vuelta y observo como Jazmin parecía perforarla con su mirada. Le sonrío
burlona y se volvió para adelante.
-Bien,
chicos. –Hablo el profesor. Seguidamente comenzó con la lección qué tocaba en
el momento.
[…]
-Ah,
es agotador. –Dijo Abby mientras se sentaba. Coloco su comida sobre la mesa.
-Lo
sé, pero esto es lo qué nos toca durante nueve meses.
-Bren,
no tienes ni idea. Llevo aquí tres años.
-Wow,
yo llevo solo días. –Sonrío inocentemente.
-¿Por
cuánto te quedarás?
-Umh,
em… ¿la verdad? Mi mamá no me conto hasta cuándo.
-Oh.
–Ella empezó a comer, al igual que su amiga- Cuéntame sobre tu vida. Porque somos
amigas y no sabemos nada de nosotras. –Carcajeo.
-Cierto.
–La siguió con su risa- Bueno, yo vivía en Nueva York hace mucho tiempo, cuando
tenía los diez años. Después mi padre consiguió trabajo y tenía qué viajar
mucho. Así qué, mi mamá y yo, nos vinimos a Canadá. Más tarde yo estuve en
muchos institutos. –Ella suspiro- La gente no me trataba bien. Y después llegue
aquí y te encontré. –Rieron.
-Pues
yo llevo toda mi vida viviendo acá, en Canadá. Mis padres tienen una cadena de
restaurantes y…tengo un hermano. Esta en dos cursos más qué nosotras.
-Uh,
¿cómo se llama?
-Marcos.
-¿Me
lo presentarás algún día?
-Brenda,
está claro qué sí. –Le sonrío.
Brenda
se quedo pensando. ¿Desde cuándo le interesan así los chicos?
+++
Justin
gruño por la frustración.
-Debes
de llevar siempre encima tu arma, bro.
-Lo
sé, lo sé. –Dijo Justin caminando de un lado a otro.
-Y
ahora, me dices con quién estabas cuando te llame. –Pidió David.
-Una
chica nueva qué llego al internado. Brenda Anne Maslow.
-¿Quién?
-Breda
An… -Lo interrumpió.
-Oh
Dios míos, Justin.
-¿Qué
pasa?
-Es
la hija de Max.
-¿Qué?
–Se quedo pensando- Mierda, es cierto. ¿Crees qué ella sabe sobre su padre?
-No,
él nunca está con ella y su madre.
-Dios
mío. ¿Sabes qué significa eso?
-Él,
quizá, te vigila a través de Brenda.
-No
puede ser.
-Aléjate
de esa chica.
-Sí
claro, y perder la apuesta… -No acabo, se quedo callado.
-¿Qué
mierdas hablas, Bieber?
-Agh,
hice una apuesta con Ryan y, en fin, quien la bese antes gana. Quien no, se
paseará en paños menores por el internado.
-Solo
tú aceptas eso. –Carcajeo.
-Lo
sé, porque yo soy… -David lo interrumpió.
-Justin
Bieber y nadie puede conmigo. –Termino la frase en forma de burla.
-No
te pases, man. –Advirtió el rubio con una pequeña risa.
AAAAAAAAAARGGGGG MORÍ*--------------------*
ResponderEliminarQuiero más!!!
COMO ME PUEDES DEJAR ASI o.O
Es tan asdfhhjkjhgfdsa...
Me ENCANTO este maratón! No esperes en subiir cieelo! Te quieroo<3 Y a tu novelaaa<3333
Besosss
Pd: NECESITO EL SIGUIENTE YA.