Capítulo
12
Salimos de la casa y fuimos a la de Ryan. En el camino iba hablando con
Chaz. Diciendo y haciendo tonterías, como hacíamos antes de mi cambio. Cuando
me hice ‘niña buena’
-¿Te acuerdas cuando fuimos al cine a ver aquella peli de
zombis?-Pregunto.
-Oh sí, tiramos los zapatos a la pantalla.-Reímos.-¿Te acuerdas cuando
prendimos en fuego el instituto?
-Ese fue un gran día, enana.
-Y tanto, no tuvimos clases en una semana.
-Qué bien qué vuelves a ser tú.
-Nunca deje de serlo.-Le guiñe un ojo.
-¿Escuchas eso?-Me pregunto. Ya se escuchaba la música de la casa.
-Sí, ¡me voy de fiesta, tía!
Entramos a la casa dando alaridos.
Pero me paré en seco cuando escuche un ‘¡Fiesta arriba, hermano!’. Me
quede helada. No, él no puede estar en esta maldita fiesta. Miro a Chaz
asustada. Él conoce mi pasado. Sabe de quién es ese grito. Miro al frente y veo
a Nicole, corre hacía a mí.
-Sí no quieres verlo, mejor vete de la fiesta.
-Pero, ¿por qué no se vuelve a España?-Dije nerviosa.
-Relajaté, no te hará nada.
-No es cuestión de lo qué me haga o no, te recuerdo qué me enamoró.
-No te dejes llevar por él.-Interrumpió Chaz.
-Pero, es qué sus encantos de malote me pierden.
-Justin también lo es y no te pierde.
-Ese es idiota y sexopata.
Me di la vuelta y me adentré en la pista. Tengo qué olvidarme de él, no
volverá a pasar lo de la última vez. No te enamoraras de nuevo, _____,
tranquila. Miro a los lados. Vaya, la zorra con el Lynch. Ya sabía yo qué este
es idiota. Sigo mirando. Justin con una pelirroja. Sigo mirando. M. Me doy la
vuelta y bailo, intentado qué no me vea. Muevo mis caderas despacio, al ritmo
de la música. Mi cabeza las acompaña en el movimiento. Hasta qué noto unas
manos en mi cadera. Sigo bailando mientras trago saliva sonoramente.
-Gatita, cuánto tiempo.-Susurra a mi oído.
Me ha visto, me ha pillado. Estoy más qué muerta. Él es mi punto débil.
Una corriente me recorre, haciendo qué me erice.
-¿No me vas a decir nada?-Me gira dejándome enfrente de él.
-No, ¿me sueltas?-Dije entrecortadamente.
-Veo qué ya no eres tan mala.
-Sigo siendo yo.
-¿Sí? Demuéstramelo.
-¿Cómo?-Nunca me gustaron sus proposiciones.
-¿Te acuerdas qué no te daba nada vergüenza? ¿Qué te importaban tres
mierdas lo qué la gente pensará? Bien, bésame.
Tuc, tuc, tuc, tuc. Mi corazón iba a mil por segundo. De nuevo no puedo
caer en sus redes. Lo miro a los ojos, esos oscuros ojos qué me enamoraron.
-Ya dije, bésame.
-¿No puedo besar a otra persona?
-¿A quién eh?
-A Chaz, por ejemplo.
-Mm, no. Extrañe tus besos.
-Por favor, déjame.
-¿Ves? No eres la misma-Miro a un lado sonriendo, después volvió la
vista a mí.-Te has vuelto una tiquismiquis.
-Eso, nunca.-Río-Es en serio.-Volvió a reír. Me estaba poniendo furiosa
y nerviosa.-Nadie me llama tiquismiquis.
-Es lo qué pareces, una nena buena.
-¡Nunca!
Agarre su nunca y arrastré su cabeza hacía la mía. Junte nuestros
labios. Lo bese con furia. ¡Nadie me llama tiquismiquis! Hasta qué me doy de
qué de nuevo me atrapo, de qué nuevo estoy perdida en sus labios. Alguien nos
separa, bendita sea esa persona. Miro a M, sonríe victorioso.
-¡Deja a ______!-Grito. Era Ryan.
-¿Ahora estas con este?-Miro a Ryan.
-No, solo soy su amigo y la protejo. Aléjate de ella.
-Ryan, no te pego porque te saco cuatro años.
-Ya esta.-Dije-Por favor, déjame tranquila.
-Gatita, sabes qué lo qué quiero lo consigo.
-Olvídame.
-No puedo olvidar a la persona qué me hizo feliz algún día.
-Bueno, pues llamas a los del Men in Black y les dices qué me borren de
tu cabeza.
-Conservas tu sentido del humor.
-Conservas la gilipolles.
-Ahora si eres tú.
-Ya te dije qué no deje de serlo.
#PENSAMIENTOS DE JUSTIN#
¿Qué coño le está pasando a ______? Fuma, bebe, me roba la moto…¿Qué ha
pasado? Ella no es así. Nunca supe mucho de su vida, en realidad yo me empecé a
llevar mal con ella desde el día qué nos conocimos hace tres años. Siempre he
intentado llevarla a la cama, pero no quiero sexo. Yo quiero hacerle el amor.
¿Por qué? Después de tanto tiempo me acabo gustando. Y ahora se me hace difícil
vivir en la misma casa qué ella, ser su hermanastro es lo peor. Ahora sé qué si
qué no tengo una maldita oportunidad de estar con ella. Le propuse este juego
para enamorarla, no para tirármela aunque me da qué eso es lo que parece.
Ahora estoy besando a una pelirroja. Miro a un lado y veo como un tío se
le acerca, le susurra, ella sigue bailando hasta qué él le da la vuelta.
Entablan una conversación, ella parece nerviosa. Parece qué de un momento a
otro va a salir corriendo, pero no. Ella lo agarra de la nuca y con furia lo
besa. Creo que ya no soy el único qué puede probar esos dulces labios tan
tentadores. Y ahora se acerca Ryan y los separa. Parece qué va a empezar una
pelea. Pero ella intervine. Deja de ser tímida y se enfrenta a ese grandullón.
Le echo unos diecinueve o veinte años y tiene el típico aire de malote. Ella
termina por empujarlo y se va con los puños apretados. Creo qué tendré una
charla con ella esta noche o mañana.
#VOLVEMOS A _____#
-Ya veo, ya veo.-Me guiña un ojo.
-Tío, muérete.
-Seguro qué eso no es lo qué quieres.
-Sí lo es.
-No decías lo mismo hace unos meses atrás.-Sonrío pícaro.
-¿De qué hablas?
-Aquel día, en la playa. Cuando te hice mía. Gemías mi nombre y decías
‘no te separes de mí nunca’.
-¡Eres insoportable!
Lo empuje, cerré mis puños y me aleje. Escuche su risa. Esa risa qué un
día me gusto. Me dirijo al baño de la casa de Ryan. Cierro la puerta haciendo
un gran ruido. Primero grito, después saco un cigarro y lo prendo. Lo fumo
tranquilamente. Intento olvidar lo qué sucedió ahora. Borrar esos recuerdos.
Pero es imposible, suelto una lágrima. ¿Cómo algún día le quise? ¿Cómo le di mi
virginidad? Ah, espera. Estaba enamorada y aun esos efectos están en mi cuerpo.
Tiro por el váter el cigarrillo y me miro al espejo. Tengo todo el maquillaje
corrido. Y ahí es cuando me acuerdo perfectamente de ese día en la playa.
Apretó mi mandíbula y de nuevo grito. ¿Por qué toda esta mierda para mí? Tenía
qué volver a aparecer en mi vida. Tenía qué volver a dar un vuelco a mi
corazón. Salgo del baño y paso a la cocina. Me pongo un whisky. Me lo bebo de
un trago, noto como me quema la garganta. Dejo el vaso y salgo de nuevo a
fuera. Me siento en uno de los sillones y suspiro. Vaya mierda de vida.
-Eh, ¿por qué lloras tata?
-Chris-Le mire-Estoy bien-Sonreí un poco.
-No, no lo estas. Ya sé lo de M.
Lo abracé y descargué todas las lágrimas en él.
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