24 de noviembre de 2012

Juegos Sexuales [12] ~Maratón 2/4~


Capítulo 12

Salimos de la casa y fuimos a la de Ryan. En el camino iba hablando con Chaz. Diciendo y haciendo tonterías, como hacíamos antes de mi cambio. Cuando me hice ‘niña buena’

-¿Te acuerdas cuando fuimos al cine a ver aquella peli de zombis?-Pregunto.
-Oh sí, tiramos los zapatos a la pantalla.-Reímos.-¿Te acuerdas cuando prendimos en fuego el instituto?
-Ese fue un gran día, enana.
-Y tanto, no tuvimos clases en una semana.
-Qué bien qué vuelves a ser tú.
-Nunca deje de serlo.-Le guiñe un ojo.
-¿Escuchas eso?-Me pregunto. Ya se escuchaba la música de la casa.
-Sí, ¡me voy de fiesta, tía!

Entramos a la casa dando alaridos.  Pero me paré en seco cuando escuche un ‘¡Fiesta arriba, hermano!’. Me quede helada. No, él no puede estar en esta maldita fiesta. Miro a Chaz asustada. Él conoce mi pasado. Sabe de quién es ese grito. Miro al frente y veo a Nicole, corre hacía a mí.

-Sí no quieres verlo, mejor vete de la fiesta.
-Pero, ¿por qué no se vuelve a España?-Dije nerviosa.
-Relajaté, no te hará nada.
-No es cuestión de lo qué me haga o no, te recuerdo qué me enamoró.
-No te dejes llevar por él.-Interrumpió Chaz.
-Pero, es qué sus encantos de malote me pierden.
-Justin también lo es y no te pierde.
-Ese es idiota y sexopata.

Me di la vuelta y me adentré en la pista. Tengo qué olvidarme de él, no volverá a pasar lo de la última vez. No te enamoraras de nuevo, _____, tranquila. Miro a los lados. Vaya, la zorra con el Lynch. Ya sabía yo qué este es idiota. Sigo mirando. Justin con una pelirroja. Sigo mirando. M. Me doy la vuelta y bailo, intentado qué no me vea. Muevo mis caderas despacio, al ritmo de la música. Mi cabeza las acompaña en el movimiento. Hasta qué noto unas manos en mi cadera. Sigo bailando mientras trago saliva sonoramente.

-Gatita, cuánto tiempo.-Susurra a mi oído.

Me ha visto, me ha pillado. Estoy más qué muerta. Él es mi punto débil. Una corriente me recorre, haciendo qué me erice.

-¿No me vas a decir nada?-Me gira dejándome enfrente de él.
-No, ¿me sueltas?-Dije entrecortadamente.
-Veo qué ya no eres tan mala.
-Sigo siendo yo.
-¿Sí? Demuéstramelo.
-¿Cómo?-Nunca me gustaron sus proposiciones.
-¿Te acuerdas qué no te daba nada vergüenza? ¿Qué te importaban tres mierdas lo qué la gente pensará? Bien, bésame.

Tuc, tuc, tuc, tuc. Mi corazón iba a mil por segundo. De nuevo no puedo caer en sus redes. Lo miro a los ojos, esos oscuros ojos qué me enamoraron.

-Ya dije, bésame.
-¿No puedo besar a otra persona?
-¿A quién eh?
-A Chaz, por ejemplo.
-Mm, no. Extrañe tus besos.
-Por favor, déjame.
-¿Ves? No eres la misma-Miro a un lado sonriendo, después volvió la vista a mí.-Te has vuelto una tiquismiquis.
-Eso, nunca.-Río-Es en serio.-Volvió a reír. Me estaba poniendo furiosa y nerviosa.-Nadie me llama tiquismiquis.
-Es lo qué pareces, una nena buena.
-¡Nunca!

Agarre su nunca y arrastré su cabeza hacía la mía. Junte nuestros labios. Lo bese con furia. ¡Nadie me llama tiquismiquis! Hasta qué me doy de qué de nuevo me atrapo, de qué nuevo estoy perdida en sus labios. Alguien nos separa, bendita sea esa persona. Miro a M, sonríe victorioso.

-¡Deja a ______!-Grito. Era Ryan.
-¿Ahora estas con este?-Miro a Ryan.
-No, solo soy su amigo y la protejo. Aléjate de ella.
-Ryan, no te pego porque te saco cuatro años.
-Ya esta.-Dije-Por favor, déjame tranquila.
-Gatita, sabes qué lo qué quiero lo consigo.
-Olvídame.
-No puedo olvidar a la persona qué me hizo feliz algún día.
-Bueno, pues llamas a los del Men in Black y les dices qué me borren de tu cabeza.
-Conservas tu sentido del humor.
-Conservas la gilipolles.
-Ahora si eres tú.
-Ya te dije qué no deje de serlo.

#PENSAMIENTOS DE JUSTIN#

¿Qué coño le está pasando a ______? Fuma, bebe, me roba la moto…¿Qué ha pasado? Ella no es así. Nunca supe mucho de su vida, en realidad yo me empecé a llevar mal con ella desde el día qué nos conocimos hace tres años. Siempre he intentado llevarla a la cama, pero no quiero sexo. Yo quiero hacerle el amor. ¿Por qué? Después de tanto tiempo me acabo gustando. Y ahora se me hace difícil vivir en la misma casa qué ella, ser su hermanastro es lo peor. Ahora sé qué si qué no tengo una maldita oportunidad de estar con ella. Le propuse este juego para enamorarla, no para tirármela aunque me da qué eso es lo que parece.

Ahora estoy besando a una pelirroja. Miro a un lado y veo como un tío se le acerca, le susurra, ella sigue bailando hasta qué él le da la vuelta. Entablan una conversación, ella parece nerviosa. Parece qué de un momento a otro va a salir corriendo, pero no. Ella lo agarra de la nuca y con furia lo besa. Creo que ya no soy el único qué puede probar esos dulces labios tan tentadores. Y ahora se acerca Ryan y los separa. Parece qué va a empezar una pelea. Pero ella intervine. Deja de ser tímida y se enfrenta a ese grandullón. Le echo unos diecinueve o veinte años y tiene el típico aire de malote. Ella termina por empujarlo y se va con los puños apretados. Creo qué tendré una charla con ella esta noche o mañana.

#VOLVEMOS A _____#

-Ya veo, ya veo.-Me guiña un ojo.
-Tío, muérete.
-Seguro qué eso no es lo qué quieres.
-Sí lo es.
-No decías lo mismo hace unos meses atrás.-Sonrío pícaro.
-¿De qué hablas?
-Aquel día, en la playa. Cuando te hice mía. Gemías mi nombre y decías ‘no te separes de mí nunca’.
-¡Eres insoportable!

Lo empuje, cerré mis puños y me aleje. Escuche su risa. Esa risa qué un día me gusto. Me dirijo al baño de la casa de Ryan. Cierro la puerta haciendo un gran ruido. Primero grito, después saco un cigarro y lo prendo. Lo fumo tranquilamente. Intento olvidar lo qué sucedió ahora. Borrar esos recuerdos. Pero es imposible, suelto una lágrima. ¿Cómo algún día le quise? ¿Cómo le di mi virginidad? Ah, espera. Estaba enamorada y aun esos efectos están en mi cuerpo. Tiro por el váter el cigarrillo y me miro al espejo. Tengo todo el maquillaje corrido. Y ahí es cuando me acuerdo perfectamente de ese día en la playa. Apretó mi mandíbula y de nuevo grito. ¿Por qué toda esta mierda para mí? Tenía qué volver a aparecer en mi vida. Tenía qué volver a dar un vuelco a mi corazón. Salgo del baño y paso a la cocina. Me pongo un whisky. Me lo bebo de un trago, noto como me quema la garganta. Dejo el vaso y salgo de nuevo a fuera. Me siento en uno de los sillones y suspiro. Vaya mierda de vida.

-Eh, ¿por qué lloras tata?
-Chris-Le mire-Estoy bien-Sonreí un poco.
-No, no lo estas. Ya sé lo de M.

Lo abracé y descargué todas las lágrimas en él. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Has leído esto? ¿Vas a comentar? ¡Muchas gracias, cielo!