Capítulo 14
Llegamos, al fin, llegamos a casa. Cuando Justin abre la puerta suelto
su mano y subo corriendo a mí cuarto. Cierro de un portazo. Directa al suelo.
Me acomodo y lloro como lo hace una niña pequeña al perder su cosa más
preciada. Como una muñeca, un peluche, su chupa…No entiendo por qué coño este
maldito mundo intenta hundirme. La mitad de la gente me odia, otra me quiere y
otra quiere qué muera. ¿Por qué? Sé qué tengo un pasado algo oscuro. Lo intente
cambiar. Pero sus cenizas volvieron y de nuevo mi pasado se hizo presente. La
gente no me comprende. Y quien lo hacía ya no está. No entiendo nada.
Me levanto del suelo y me cambio. Entro al baño y me desmaquillo.
Después bajo a la cocina. Cojo una patilla, me duele la cabeza. Me la tomo y
ahora no tengo sueño, no sé qué hacer. Guardo la cajita de las pastillas y me
acuerdo de Matt. ‘La droga no es buena, pero te ayuda a olvidar mucho’. No, no.
Fumar y ya está. Voy a por mí caja de cigarros. ¡Mierda! No quedan. Subo al
desván, ahí tiene qué a ver de seguro. Encuentro una cajita de zapatos decorada
con unicornios. ‘Aquí está la felicidad, firmado _____’. Reí un poco. Esta caja
la hice yo de pequeña. La abro. Hay fotos de mi padre, dibujos, canicas,
caramelos, un yoyo y una carta. ¿Una carta? No recuerdo a verla puesto ahí. La
cojo y empiezo a leerla.
‘Hola, pequeña. Sé qué
estarás leyendo esta carta después de mucho tiempo. Imaginaba qué olvidarías la
caja. Pero sabía qué cuando estuvieras muy mal la encontrarías. Ya sé qué
fumabas, no intente impedírtelo porque pensé qué lo dejarías. También qué
salías a fiestas a las tantas de las madrugadas. Además tomabas alcohol. ¿Sabes
cómo lo sé? Siempre supe qué te escapabas con ese chico. En su moto. Creo qué
hice mal trayéndote a España con tan solo trece años. Te convertí en la hija
qué nadie quería tener. Pero igual yo te amo y siempre lo haré. Espero qué
hayas dejado todos esto hábitos y los hayas cambiado por morderte la uñas.
Ahora sé qué tal vez no este. Nunca te dije qué tenía cáncer y moriría pronto. Pero
aguante. Aguante años por ti. ¿Te acuerdas esos días qué me veías pálido? Acaba
de volver del tratamiento. O cuando me decías ‘te estás quedando calvo,
petardo’. Por el tratamiento. Siento mucho nunca habértelo dicho. Tal vez ahora
sea tarde y yo, ya no esté ahí. Lo siento mi niña. No fue mi intención. Pero
recuerda qué aunque este fallecido siempre estaré a tu lado. Seré tu ángel de
la guarda. Aunque supongo qué ya habrá alguien. Puede ser un chico, a lo mejor.
O una chica. No sé. Pero qué no sea Mario, por favor. Cuando me enteré de qué
tu madre tendría un hijastro me sentó mal. Pero supe qué ese chico te cuidaría.
Y ahora no sé, no veo el futuro. Solo era eso cariño. Recuerda, te amo más qué
a nada. Sonríe, se feliz. No pierdas la esperanza.
12-3-2010 Te quiero pequeña. Atte; Nicolás’
Solo terminar de leer la carta, empecé a llorar. ¿Cáncer? Pensé qué su
muerte había sido mi culpa. De tantos disgustos qué le di. Me siento como una
maldita mierda. ¿Por qué, papá? Guardo la carta donde estaba. Cierro la caja,
salgo del desván con ella y voy a mi cuarto. Abro mi armario y la guardo. Me
dirijo al cuarto de Justin. No quiero, pero mis piernas se mueven solas. Abro
la puerta y está durmiendo. Me acerco a su cama, me siento en ella y lo zarandeo.
-Justin. Despierta.
-Déjame, no estoy de humor.
-Por favor.
-¿Qué quieres, joder?-Ni me miro.
-Mírame.
-Dime, qué te oigo.
-Necesito…-Dije en un sollozo-Necesito…
-¿¡Qué necesitas!?
Ahí fue cuando se sentó en la cama y me miro. Yo solo lo abracé. Necesitaba
a cualquier persona. Después de unos segundos él recibió mi abrazo.
-¿Qué paso, ____?
-Mi, mi…mi padre…murió de…de…-Lloré más un recordando de qué murió mi
padre.-de cáncer.
-Pero, ¿eso lo sabías ya?
-No, me enteré ahora. Me dejo una carta.
-¿Qué?
-Dec…decía qué a lo mejor tú me cuidarías. Qué él sabía qué yo bebía,
fumaba y me escapaba con Mario. Qué fue una mala idea llevarme a España.
Qué...-Justin me interrumpió.
-Tranquila. Los errores están para aprender.
-Pero es qué los estoy volviendo a cometer.
-¿Cuáles?
-Fumar, beber y escaparme.
-No has vuelto con Mario.
-Pero sigo enamorada de él.
-No creo.
-Créeme.
-Bueno, por ahora tranquilízate.
Me beso la cabeza y me apretó más entre sus brazos. ¿Cómo se podía a ver
vuelto tan tierno y comprensible en un momento? Me da a mi qué es bipolar. Y
mientras pienso en esto se me escapa una pequeña risita. Justin se aparta y me
mira con el ceño fruncido. Yo le sonrío y me acuesto en su cama. Me sigue
mirando igual.
-Quiero dormir contigo, pero no me hagas nada malo.-Le mire mal, pero
sonriendo.
-Bueno, intentaré no violarte-Se acostó a mi lado. Le pegué en el pecho.
-Estúpido.-Me queje-Buenas noches.
Los dos nos pusimos bien y poco a poco, yo, me quede dormida.
Un maldito móvil era quien me despertaba en esta mañana. Era el de
Justin. Pero él no estaba en la habitación, así qué conteste yo.
-¿Quién es?-Dije de mala gana, me despertó el cabrón qué este llamando.
-¿_____?
-No, pepito grillo. ¿Quién es?
-Soy Jeremy.
-Am.
-¿Está Justin?
-Sí estuviese, ¿crees qué hubiese contestado yo?
-¡Hija, no trates así a Jeremy!
-Bueno bueno, si es la mujer qué me trajo al mundo.-Conteste mientras
bajaba al salón.
-¡Castigada sin salir una semana!
-Mamá, estamos hablando por teléfono. ¿Crees qué te haré caso?
-¡Agg! ¡Pásame con Justin!
-No sé donde está.
-¡Es en serio, ____!
-Lo digo de verdad.
-Dios mío, ¿qué he hecho para merecer eso?
-Parirme.
-¡_______!
Al rato vi como Justin se acercaba a mí. Le sonreí. Anoche se porto muy
bien conmigo.
-¿Quién es, muñeca?-Dijo con un tono seductor. ¡Viva! Vuelv e a ser el
mismo.
-Mi madre, pero antes tu padre.-Le di el móvil de mala gana y me senté
en el sillón.
¿Cómo la gente cambia de un momento para otro? Justin es idiota. Ayer
era todo un cielo conmigo. Defendiéndome y aguantando mis lágrimas. Hoy es el
maldito gilipollas de siempre. Maldito sea. No entiendo nada, nunca entenderé
por qué es así la vida conmigo. Jamás lo sabré.
-_____.-Me llamo Justin.
-¿Qué quiere subnormal?-Le contesté sin mirarlo.
-¿Ahora por qué mi insultas?
-Me dices ¿o quieres qué pase de ti?
-Insoportable, eso es.
-¡Habla puto de mierda!
-Joder.-Se puso enfrente mía-Tu madre esta…
-Cagando.
-No. Embarazada.-Me empecé a reír como una desquiciada, ¿es tonto o qué?
-Por favor, ¿te fumaste algo?
-El humo qué sueltas por toda la casa. Además, es de verdad.
-Claro Justin y yo soy un unicornio.-A veces soy sarcástica.
-Sí, y yo un mono verde. ¡_____, no es coña!
-Sí es cierto eso, ¿por qué no me lo dijo?-Le cuestione mirándole.
-Ella tiene miedo de decírtelo y qué le chilles por el móvil. O te
escapes, cojas un vuelo a no sé dónde y desaparezcas.
-Eso lo tenía pensado hace mucho.
-Compórtate.
-Vale, ‘papá’ bipolar.
Me levante y fui a mi cuarto. Busque algo qué ponerme. Unos shorts
negros, una camisa transparente azul claro y unas supra blancas. Baje, le quite
las llaves de la moto a Justin, cogí mi móvil y salí. Arranqué la moto y
dispuesta a tomar velocidad. Me quiero alejar de esta puta casa.
-¡Idiota, vuelve ______!-Doy la vuelta con la moto.
-Pareces mi padre.-Me bajo y me apoyo en ella.
-Deja mi moto.
-No.
-Te violo.
-Aquí me tienes.-Abrí mis brazos.

-¿Por qué empezó este juego?-Pregunte.
-Porque somos idiotas, no sabemos demostrar lo qué sentimos de otra
forma.-Pego nuestras narices.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Demasiado y muy poco.-Beso mi mejilla.
--------------------------------------------------------------------------------------
Wi wi wi*-* Sé que ha sido una mieeeeeeerda de maratón, pero es algo. ¿Qué os pareció? (una caca apestosa D:)
1º ¿Quieres que Mario siga?
2º¿ Podría ser que, al fin, Justin se declaré a ______?
Un besooooooo purpurinoso. Espero ver muchos comentarios en el blog.
Darle las gracias a todaaaaaaas mis lectoras, son las mejores. Las quiero.
PD: Mi twitter @LeilaLoveJB
Después de días sin comentar, aquí llego,decirte que me has matado con esta maratón,es tan asdfghj.
ResponderEliminarSiguiente,siguiente y mas siguiente.
·No quiero que siga Mario,para nada,le odio.
·Si,podría,aunque molaría que siguiese un poco con el juego,pero también quiero que se declare.